(Important, 2006)
Que en Nueva York haya una inmensa y subterránea escena musical, un bullicioso hervidero de arriesgadas propuestas que se renueva de tanto en tanto, es el motivo -y la consecuencia lógica- de que aparezcan discos como éste: bizarros, difíciles y a la postre excitantes. El resultado de concentrar en el mismo punto geográfico un puñado de bandas que no tienen remilgos a la hora de llevar la música un paso más allá de donde se encuentra hasta el momento. Formaciones tales como Excepter, Sightings, Black Dice o Gang Gang Dance.
Mouthus, por su parte, son un dúo procedente de Brooklyn y lo forman Nate Nelson (batería) y Brian Sullivan (guitarra). Al parecer, han venido editando multitud de trabajos desde 2002 en diferentes formatos, y han colaborado con gente como Double Leopards, Axolotl, Sunroof!, Cousins Of Reggae o Yellow Swans. Según su propia página web, a día de hoy son ya diez trabajos completos los que figuran en el haber de estos dos alborotadores, eso sin contar los mencionados splits y algún que otro cd-r.
Si no calculo mal, "The Long Salt" es su sexto trabajo, aunque no representa grandes variaciones respecto al resto de su discografía anterior. Lo que encontramos en él no es más que la visión extremadamente personal que Mouthus tienen del rock y que les ha ayudado a forjarse un sonido característico. O lo que es lo mismo, una vuelta de tuerca más a ese avant-noise-rock crudo y peculiar. Siguiendo la estela marcada por Wolf Eyes o Hair Police, Mouthus desfiguran las convenciones del rock, lo deconstruyen y escupen una amalgama incómoda, ruidosa y personal. "Trains Again" es la breve introducción que marca el inicio y también la dinámica del disco, utilizando baterías repetitivas, guitarras difícilmente reconocibles y ruido sacado del chatarrero, empaquetado de manera anárquica y libre. "The Burns Of Them" es una larga sucesión de tableteos, percusión débil, ruidos y voces distorsionadas. Ritmo recurrente que evoluciona en una especie de noise-rock psicodélico y fantasmagórico, a medida que la batería metronómica se hace más y más patente y los alaridos irreconocibles toman mayor protagonismo. Sucede igual en "What Knife Say", donde las voces ininteligibles y desquiciadas se vierten continuamente sobre una atmósfera post-industrial asfixiante: el sonido oscuro de golpes y chirridos, el ruido continuo que parece sacado de un motor viejo y el patrón repetitivo y obsesivo de la batería configuran una pieza oscura y monstruosa.
Sin embargo, en "Ghetto Stairs" -y pese a no alejarse de las coordenadas ruidosas y percusivas- Mouthus se aproximan a su versión más "accesible", recreando lo más parecido a una melodía descacharrada que estos dos son capaces de hacer, y que por supuesto queda casi sepultada por el disonante estruendo de batería, guitarra, ruido y voces.
Finalmente, "WL" cierra "The Long Salt" como una demenciada catarsis del ruido, donde la batería entrecortada y repetitiva va martilleando más y más nuestros oídos, un zumbido se arrastra torpe y asincrónicamente y las de por sí deformadas voces se vuelven (más) desquiciadas e irreconocibles. Un frenesí enloquecido y apoteósico que resume a la perfección el embrutecido tono del álbum. Un álbum sin duda difícil y a veces hasta asfixiante, en parte por los patrones repetitivos y en parte por esa sucia fusión de guitarra, batería y ruido destartalado. Por supuesto, destacar especialmente el peculiar uso que hacen de esas voces aberradas hasta el absurdo, que no hacen más que acrecentar el ambiente lúgubre, decadente y trastornado que de por sí tienen sus canciones.
Seguramente habrá quien vea aquí una tomadura de pelo o no vea por dónde meterle mano. Es la de Mouthus una propuesta extraña y ciertamente inaccesible, y uno tiene que poner de su parte. Cuesta capturar el sentido, pero una vez lo has logrado, escuchar "The Long Salt" resulta una experiencia desafíante que ofrece gran recompensa.
Mouthus, por su parte, son un dúo procedente de Brooklyn y lo forman Nate Nelson (batería) y Brian Sullivan (guitarra). Al parecer, han venido editando multitud de trabajos desde 2002 en diferentes formatos, y han colaborado con gente como Double Leopards, Axolotl, Sunroof!, Cousins Of Reggae o Yellow Swans. Según su propia página web, a día de hoy son ya diez trabajos completos los que figuran en el haber de estos dos alborotadores, eso sin contar los mencionados splits y algún que otro cd-r.
Si no calculo mal, "The Long Salt" es su sexto trabajo, aunque no representa grandes variaciones respecto al resto de su discografía anterior. Lo que encontramos en él no es más que la visión extremadamente personal que Mouthus tienen del rock y que les ha ayudado a forjarse un sonido característico. O lo que es lo mismo, una vuelta de tuerca más a ese avant-noise-rock crudo y peculiar. Siguiendo la estela marcada por Wolf Eyes o Hair Police, Mouthus desfiguran las convenciones del rock, lo deconstruyen y escupen una amalgama incómoda, ruidosa y personal. "Trains Again" es la breve introducción que marca el inicio y también la dinámica del disco, utilizando baterías repetitivas, guitarras difícilmente reconocibles y ruido sacado del chatarrero, empaquetado de manera anárquica y libre. "The Burns Of Them" es una larga sucesión de tableteos, percusión débil, ruidos y voces distorsionadas. Ritmo recurrente que evoluciona en una especie de noise-rock psicodélico y fantasmagórico, a medida que la batería metronómica se hace más y más patente y los alaridos irreconocibles toman mayor protagonismo. Sucede igual en "What Knife Say", donde las voces ininteligibles y desquiciadas se vierten continuamente sobre una atmósfera post-industrial asfixiante: el sonido oscuro de golpes y chirridos, el ruido continuo que parece sacado de un motor viejo y el patrón repetitivo y obsesivo de la batería configuran una pieza oscura y monstruosa.
Sin embargo, en "Ghetto Stairs" -y pese a no alejarse de las coordenadas ruidosas y percusivas- Mouthus se aproximan a su versión más "accesible", recreando lo más parecido a una melodía descacharrada que estos dos son capaces de hacer, y que por supuesto queda casi sepultada por el disonante estruendo de batería, guitarra, ruido y voces.
Finalmente, "WL" cierra "The Long Salt" como una demenciada catarsis del ruido, donde la batería entrecortada y repetitiva va martilleando más y más nuestros oídos, un zumbido se arrastra torpe y asincrónicamente y las de por sí deformadas voces se vuelven (más) desquiciadas e irreconocibles. Un frenesí enloquecido y apoteósico que resume a la perfección el embrutecido tono del álbum. Un álbum sin duda difícil y a veces hasta asfixiante, en parte por los patrones repetitivos y en parte por esa sucia fusión de guitarra, batería y ruido destartalado. Por supuesto, destacar especialmente el peculiar uso que hacen de esas voces aberradas hasta el absurdo, que no hacen más que acrecentar el ambiente lúgubre, decadente y trastornado que de por sí tienen sus canciones.
Seguramente habrá quien vea aquí una tomadura de pelo o no vea por dónde meterle mano. Es la de Mouthus una propuesta extraña y ciertamente inaccesible, y uno tiene que poner de su parte. Cuesta capturar el sentido, pero una vez lo has logrado, escuchar "The Long Salt" resulta una experiencia desafíante que ofrece gran recompensa.
①, ②, ③
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2 comentarios:
Me encanto el blog informa mucho y los reviews estan de putas madres. Siempre me gusto el glitch, downtempo, minimal y ambient.
Los que mas me gustan son marc leclair y tim hecker y un par mas de la web. Un saludo desde argentina!!
Sigo en busca y captura de este grupo. Por todo lo que he leido de ellos y lo que cuentas deben de ser la hostia. A por ellos. Saludos y a seguir
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