ACID MOTHERS TEMPLE & THE COSMIC INFERNO
“Starless And Bible Black Sabbath” (Alien8, 2006)
“Starless And Bible Black Sabbath” (Alien8, 2006)
Buena manera de empezar es hacerlo hablando de un disco como éste, si bien no es exactamente nuevo. “Starless And Bible Black Sabbath” (puesto a la venta en febrero de este año) es ya el quinto disco que el colectivo musical japonés Acid Mothers Temple edita bajo el nombre de Acid Mothers Temple & The Cosmic Inferno, y el tercero bajo el paraguas de la magnífica discográfica canadiense Alien8 Recordings. Al mismo tiempo, el ritmo de composición de nuevas grabaciones no ha decrecido en absoluto, ya que desde entonces han visto la luz diferentes grabaciones en directo, reediciones, algunos proyectos paralelos de sus componentes, así como varios discos bajo el sobrenombre de Acid Mothers Temple & The Melting Paraíso UFO (otra de sus encarnaciones).
Como es evidente, en “Starless And Bible Black Sabbath” AMT rinden homenaje a la banda de Osbourne, Iommi y compañía, algo que ya hicieron anteriormente con grupos como Hawkwind o Gong. Ya puestos a homenajear, incluso se marcan una portada calcada de la que acompañaba al debut de Black Sabbath, en la que figura Kawabata (guitarra y ‘gurú’) solo y de pie, de forma casi idéntica a como lo hacía Ozzy en la foto de portada de su primer álbum. En lo estrictamente musical, el disco está vertebrado únicamente por dos canciones (cuya composición corre a cargo de Tabata –también en Zeni Geva- y Kawabata) a lo largo de algo más de cuarenta minutos, de los cuales más de treinta y cuatro pertenecen a la primera. “Starless And Bible Black Sabbath” se abre con unos breves sonidos que sirven de presagio para la tormenta que viene después, que se inicia con un lento y pesado riff marca Black Sabbath, muy cercano al sludge, y que es acompañado por los permanentes ecos y sonidos procedentes de los sintetizadores de Higashi Hiroshi, que están presentes a lo largo de todo el disco. Aparecen esporádicamente voces místicas (ciertamente ininteligibles) y poco a poco van cobrando mayor protagonismo los desvaríos psicodélicos a la guitarra por parte de Kawabata. Hacia el minuto ocho y medio, el desarrollo lento y pesado se interrumpe, dando paso a un ritmo más ágil, en el que no decrecen los alardes enloquecidos de guitarra y aumentan los ecos y la saturación de sonido hasta el minuto dieciséis, en el que la tormenta cesa y se produce un punto de inflexión, casi en silencio. La aparente calma finalmente da paso a un nuevo muro de sonido protagonizado otra vez por el mismo riff lento y cansado del inicio -arropado por el eco, las voces y la envoltura de psicodelia habitual- que se prolongará hasta el final del tema. Es de destacar este alucinante acompañamiento lisérgico permanente que se amontona sobre la rotunda base rítmica (formada por el bajo de Tabata y dos baterías atronadoras tocando lo mismo casi al mismo tiempo).
“Woman From A Hell”, el segundo y último tema del disco, dura “tan sólo” seis minutos (brevísima duración para lo que nos tienen acostumbrados Acid Mothers Temple) y es un explosivo y feroz asalto de garage-rock, con veloces baterías y afiladas guitarras, obviamente impregnado de ruidos, ecos y voces, acompañados de la enrevesada y virtuosa guitarra de Kawabata, que satura el tema de la psicodelia y la urgencia que seguramente se habrían exigido previamente y de la que salen airosos, y el oyente satisfecho.
Es decir, si ya conocías a Acid Mothers Temple de otros discos anteriores, hazte también con éste. No te decepcionará en absoluto pese a ser más lento de lo normal (su propuesta cumple sobradamente). Si eres de esos a los que estos locos ni les suenan, este trabajo es una magnífica ocasión para acercarte a su fascinante y psicodélico universo. Si todo sale bien, deberías ser absorbido.
Como es evidente, en “Starless And Bible Black Sabbath” AMT rinden homenaje a la banda de Osbourne, Iommi y compañía, algo que ya hicieron anteriormente con grupos como Hawkwind o Gong. Ya puestos a homenajear, incluso se marcan una portada calcada de la que acompañaba al debut de Black Sabbath, en la que figura Kawabata (guitarra y ‘gurú’) solo y de pie, de forma casi idéntica a como lo hacía Ozzy en la foto de portada de su primer álbum. En lo estrictamente musical, el disco está vertebrado únicamente por dos canciones (cuya composición corre a cargo de Tabata –también en Zeni Geva- y Kawabata) a lo largo de algo más de cuarenta minutos, de los cuales más de treinta y cuatro pertenecen a la primera. “Starless And Bible Black Sabbath” se abre con unos breves sonidos que sirven de presagio para la tormenta que viene después, que se inicia con un lento y pesado riff marca Black Sabbath, muy cercano al sludge, y que es acompañado por los permanentes ecos y sonidos procedentes de los sintetizadores de Higashi Hiroshi, que están presentes a lo largo de todo el disco. Aparecen esporádicamente voces místicas (ciertamente ininteligibles) y poco a poco van cobrando mayor protagonismo los desvaríos psicodélicos a la guitarra por parte de Kawabata. Hacia el minuto ocho y medio, el desarrollo lento y pesado se interrumpe, dando paso a un ritmo más ágil, en el que no decrecen los alardes enloquecidos de guitarra y aumentan los ecos y la saturación de sonido hasta el minuto dieciséis, en el que la tormenta cesa y se produce un punto de inflexión, casi en silencio. La aparente calma finalmente da paso a un nuevo muro de sonido protagonizado otra vez por el mismo riff lento y cansado del inicio -arropado por el eco, las voces y la envoltura de psicodelia habitual- que se prolongará hasta el final del tema. Es de destacar este alucinante acompañamiento lisérgico permanente que se amontona sobre la rotunda base rítmica (formada por el bajo de Tabata y dos baterías atronadoras tocando lo mismo casi al mismo tiempo).
“Woman From A Hell”, el segundo y último tema del disco, dura “tan sólo” seis minutos (brevísima duración para lo que nos tienen acostumbrados Acid Mothers Temple) y es un explosivo y feroz asalto de garage-rock, con veloces baterías y afiladas guitarras, obviamente impregnado de ruidos, ecos y voces, acompañados de la enrevesada y virtuosa guitarra de Kawabata, que satura el tema de la psicodelia y la urgencia que seguramente se habrían exigido previamente y de la que salen airosos, y el oyente satisfecho.
Es decir, si ya conocías a Acid Mothers Temple de otros discos anteriores, hazte también con éste. No te decepcionará en absoluto pese a ser más lento de lo normal (su propuesta cumple sobradamente). Si eres de esos a los que estos locos ni les suenan, este trabajo es una magnífica ocasión para acercarte a su fascinante y psicodélico universo. Si todo sale bien, deberías ser absorbido.
2 comentarios:
vaya, este suena muy interesanta, y, bueno... este no tiene link de descarga? (no sé poner emoticono de ponerse colorado xD)
hum, y no tiene este disco también su toque King Crimson?
:) es que en el título de este disco también les hace un pequeño homenaje, KC tienen un "Starless and Bible Black"
Publicar un comentario